La historia de la hierba gatera

La hierba mágica que conecta la naturaleza con los gatos

La hierba gatera, conocida también como catnip en inglés (Nepeta cataria), ha fascinado desde hace mucho tiempo a los amantes de los gatos en todo el mundo. Tanto si provoca rodadas, ronroneos o simplemente una mirada soñadora, el poder del catnip sobre los gatos parece casi mágico. Sin embargo, detrás de esta diversión se esconde una extraordinaria historia natural que se remonta a siglos atrás. Más fascinante aún es la reacción bioquímica que une a los gatos con esta humilde planta de una manera inesperada.

Con la llegada de la primavera al hemisferio norte y los jardines comenzando a florecer, es el momento perfecto para descubrir la verdadera historia del catnip: de dónde procede, cómo afecta a los gatos y por qué plantar una pequeña planta verde podría traer pura felicidad a tu compañero felino.

Una planta con raíces antiguas

La hierba gatera (Nepeta cataria) forma parte de la familia de la menta (Lamiáceas) y es originaria de partes del sur y este de Europa, Oriente Medio y Asia Central. Con el paso de los siglos, se extendió ampliamente gracias al cultivo humano y hoy crece de forma silvestre en regiones templadas de todo el mundo. Prospera en campos soleados, suelos secos y márgenes de caminos, adaptándose fácilmente a diferentes entornos.

Sus hojas de color verde grisáceo, con forma de corazón y ligeramente aterciopeladas, desprenden su característico aroma al ser rozadas o aplastadas. Sus delicadas flores blancas o violetas atraen a polinizadores como las abejas, enriqueciendo la biodiversidad de los jardines. Aunque hoy en día la hierba gatera es famosa principalmente por su efecto en los gatos, en tiempos pasados fue muy valorada por las personas por sus propiedades calmantes y medicinales, utilizada en infusiones o aplicada para aliviar pequeños dolores.

La historia de la hierba gatera y los humanos

En la Europa medieval, la hierba gatera era una planta común en los huertos familiares. Se utilizaba para tratar una variedad de problemas, como molestias digestivas, insomnio, resfriados e incluso ansiedad. Su nombre latino, Nepeta, probablemente deriva de la antigua ciudad etrusca de Nepete, en Italia, donde se cree que fue cultivada por primera vez.

Los registros históricos sugieren que las reacciones juguetonas de los gatos ante la hierba gatera fueron observadas accidentalmente en esa época, aunque no se comprendieron de inmediato. Durante los siglos XVIII y XIX, cuando los gatos dejaron de ser solo cazadores de ratones para convertirse en queridos compañeros, ofrecer hierba gatera se volvió un gesto deliberado de cariño. En los hogares victorianos de Inglaterra, se encontraba entre las primeras prácticas de cultivo de plantas destinadas específicamente al disfrute de los gatos, en armonía con la idea emergente de considerar al gato como un miembro más de la familia.

A principios del siglo XX, con la popularización de los productos para mascotas, comenzaron a aparecer en el mercado juguetes rellenos de hierba gatera seca y aerosoles. Esta creciente fascinación llevó pronto a los científicos a investigar por qué los gatos reaccionaban de manera tan intensa ante esta discreta planta.

La bioquímica de la hierba gatera

La magia de la hierba gatera está en un compuesto químico llamado nepetalactona, que se encuentra en las hojas, tallos y semillas de la planta. La nepetalactona es un terpeno volátil, un tipo de compuesto orgánico involucrado en la defensa y comunicación de las plantas.

Cuando un gato huele la nepetalactona, esta se une a receptores olfativos específicos dentro de la cavidad nasal. Estos receptores responden a sustancias similares a las feromonas. En los gatos genéticamente sensibles, la nepetalactona activa varias áreas clave del cerebro:

  • El bulbo olfatorio, que procesa los olores.

  • La amígdala, el centro de las emociones y el comportamiento social.

  • El hipotálamo, que regula las respuestas fisiológicas como la excitación sexual y el comportamiento depredador.

La nepetalactona imita las feromonas naturales de los gatos, especialmente aquellas relacionadas con el cortejo y los lazos sociales. En vez de desencadenar solo una reacción olfativa, inicia una compleja cascada de señales neuroquímicas que conducen a una mayor excitación, comportamiento juguetón y euforia.

Los gatos pueden mostrar comportamientos tales como:

  • Revolcarse y frotarse contra la fuente.

  • Marcar con la mejilla (frotamiento de olor) objetos.

  • Vocalizar, ronronear o babeando.

  • Correr, saltar y jugar.

Estos efectos suelen durar poco tiempo, aproximadamente de 10 a 15 minutos, después de los cuales los gatos se vuelven temporalmente «inmunes» hasta que sus receptores se restablecen.

El superpoder del gato: el olfato y el órgano de Jacobson

Los gatos perciben el mundo principalmente a través de su sentido del olfato. Sus narices contienen hasta 40 veces más receptores sensibles a los olores que las humanas, lo que les otorga una capacidad extraordinaria para detectar señales químicas sutiles. De hecho, se estima que el sentido del olfato de un gato es aproximadamente 14 veces más potente que el de los humanos, si se consideran todos los factores.

Además de su principal sentido del olfato, los gatos tienen un órgano fascinante: el órgano de Jacobson (también conocido como órgano vomeronasal), que se encuentra en el techo de la boca. Este órgano especializado es responsable de detectar feromonas y otras señales químicas complejas, enviando señales directas a los centros emocionales y conductuales del cerebro.

Cuando un gato entra en contacto con la hierba gatera, las moléculas de nepetalactona estimulan tanto sus receptores olfativos primarios como, potencialmente, el órgano de Jacobson, lo que puede desencadenar un comportamiento similar al flehmen, como olfatear con la boca abierta. Esta profunda activación sensorial ayuda a explicar por qué la hierba gatera puede provocar reacciones tan intensas, juguetonas y eufóricas en los gatos sensibles.

En uno de nuestros boletines 3coty®, ya exploramos en mayor profundidad el fascinante papel del órgano de Jacobson.

Por qué algunos gatos reaccionan a la hierba gatera y otros no

La capacidad para reaccionar a la hierba gatera está determinada genéticamente. La sensibilidad a la nepetalactona es un rasgo dominante, lo que significa que, si un gato hereda el gen de al menos uno de sus padres, probablemente reaccionará.

Estudios han demostrado que alrededor del 50 al 70 por ciento de los gatos domésticos muestran una respuesta conductual a la hierba gatera, y este rasgo se transmite de los padres a los gatitos a través de la herencia genética.

Diversos factores influyen en la sensibilidad a la hierba gatera:

  • Genética: Solo los gatos con los genes adecuados para los receptores olfativos reaccionarán. Estos genes determinan cómo el sentido del olfato de la gata reconoce la nepetalactona.

  • Edad: Los gatitos menores de seis meses generalmente no reaccionan, aunque sean genéticamente predispuestos.

  • Salud y estado de ánimo: El estrés, las enfermedades o la edad avanzada pueden reducir la capacidad de respuesta.

Es importante recordar que un gato que no reacciona a la hierba gatera es completamente normal.

Diferencias en la respuesta a la hierba gatera según la edad, el sexo y las razas

Aunque la genética determina si un gato puede reaccionar a la hierba gatera, otros factores también influyen en la intensidad y expresión de la reacción. Los estudios sugieren que la edad, el sexo y el estado de castración pueden jugar un papel importante.

  • Edad: Los gatitos menores de tres meses rara vez reaccionan a la hierba gatera. La sensibilidad empieza a aparecer generalmente entre los tres y seis meses, cuando su sistema nervioso madura. Las respuestas completas de los adultos suelen desarrollarse después de los seis meses.

  • Sexo: Los gatos machos y hembras pueden reaccionar de manera diferente a la hierba gatera. Los machos suelen mostrar comportamientos más pasivos, como posturas tipo esfinge, mientras que las hembras tienden a mostrar comportamientos más activos, como rodar y vocalizar.

  • Estado de castración: La castración temprana (antes de los tres meses) se ha asociado con respuestas más pasivas o reducidas a la hierba gatera. Las influencias hormonales durante el desarrollo temprano pueden afectar sutilmente la intensidad de la respuesta en la vida adulta.

  • Raza: Actualmente no hay evidencia clara que vincule la sensibilidad a la hierba gatera con razas específicas. La mayoría de los estudios se han realizado en gatos domésticos de razas mixtas. Se necesita más investigación para determinar si algunas razas son más o menos sensibles a la nepetalactona.

Todos estos factores, junto con la genética, ayudan a explicar por qué cada gato experimenta la hierba gatera de manera única.

Gatos salvajes y el misterio de la hierba gatera

Aunque la hierba gatera es muy apreciada por los gatos domésticos, no crece de forma natural en las regiones donde muchos gatos salvajes evolucionaron, como el África subsahariana o el sudeste asiático. Sin embargo, estudios y observaciones de cuidadores de zoológicos muestran que muchos grandes felinos reaccionan a la hierba gatera cuando se les expone en cautiverio.

Leopardos, jaguares y linces suelen mostrar reacciones intensas a la hierba gatera, rodando, frotándose y exhibiendo comportamientos juguetones similares a los de los gatos domésticos. Los leones y tigres son menos consistentes; algunos individuos muestran reacciones fuertes, mientras que otros parecen indiferentes.

Esto sugiere que la respuesta a la hierba gatera está conectada a un sistema neuronal antiguo, probablemente heredado de un ancestro común de hace millones de años, aunque la planta no estuviera presente en sus hábitats naturales.

En la naturaleza, los leones y otros grandes felinos suelen rodar en polvo o en áreas marcadas por olores, pero no se ha identificado ninguna planta equivalente a la “hierba gatera salvaje”. Estos comportamientos sirven principalmente para el acicalamiento, el control de parásitos y la comunicación, más que para el puro placer.

La hierba gatera no es el único deleite botánico para los gatos. Otras plantas que contienen compuestos activos similares incluyen:

  • Silvervine (Actinidia polygama), una planta trepadora originaria de las regiones montañosas de Asia Oriental, especialmente de Japón y China. Se considera que es más potente que la hierba gatera.

  • Raíz de valeriana (Valeriana officinalis), una planta perenne originaria de Europa y algunas partes de Asia, conocida por su fuerte y almizclado olor, que puede provocar comportamientos juguetones o relajados.

  • Madreselva tatariana (Lonicera tatarica), un arbusto con flores originario de Siberia y el norte de China, cuyo madera puede estimular a los gatos de manera similar a la hierba gatera.

Plantar hierba gatera: alegría primaveral para tu gato

A medida que en el hemisferio norte comienza la temporada de siembra, la hierba gatera es una excelente adición a cualquier jardín, balcón o alféizar de ventana.

La hierba gatera crece fácilmente:

  • Prefiere pleno sol y suelos bien drenados.

  • Requiere riego moderado.

  • La poda regular favorece un crecimiento más frondoso y saludable.

Cosecha las hojas por la mañana, cuando los niveles de nepetalactona son más altos, y déjalas secar para usarlas en juguetes o permite que tu gato disfrute de hojas frescas. Incluso una pequeña planta en maceta dentro de casa puede ofrecer horas de estimulación natural y entretenimiento.

 


¿Sabías que…?
La hierba gatera
(Nepeta cataria) es una planta perenne. Puede crecer entre 50 y 100 centímetros de altura y produce flores moradas o blancas. La hierba gatera crece bien en macetas en balcones, aunque muchos propietarios prefieren cosechar y secar las hojas para controlar cuánto pueden acceder a ellas sus gatos de una sola vez.

¿Buscas el efecto contrario? La planta Scaredy Cat (Coleus canina) emite un olor que repele naturalmente a los gatos y perros, manteniéndolos a varios metros de distancia.

 

Acercando la naturaleza a tu gato

En 3coty®, creemos en la importancia de apoyar los instintos naturales de los gatos, tanto a través de su alimentación como de su entorno. Así como la hierba gatera despierta comportamientos instintivos y alegres que se han transmitido a lo largo de millones de años, una dieta natural basada en carne nutre el cuerpo de acuerdo con sus verdaderas necesidades biológicas.

Aunque la hierba gatera se añade ocasionalmente a los alimentos procesados para gatos, el principal compuesto activo, la nepetalactona, es muy sensible al calor. Investigaciones muestran que la nepetalactona comienza a descomponerse a aproximadamente 60°C y se destruye casi por completo a las temperaturas comúnmente utilizadas durante el procesamiento de alimentos, que a menudo superan los 100°C. Como resultado, la hierba gatera incorporada en productos cocidos probablemente no mantendrá sus efectos conductuales característicos. Las respuestas clásicas de juego y euforia en los gatos se logran mejor al ofrecer hierba gatera fresca o debidamente secada en su forma natural.

La naturaleza proporciona todo lo que un gato necesita para su salud y felicidad, ya sea una ramita de hierba gatera ofrecida de forma separada para su disfrute o un tazón de comida pura y equilibrada diseñada para respetar la esencia de su especie.

Celebra la primavera trayendo un poco más de naturaleza a la vida de tu gato: en el jardín, en el balcón y en su tazón de comida.

Fuentes: Este artículo se basa en las investigaciones iniciales de N.B. Todd (1962) sobre la genética de la respuesta a la hierba gatera, así como en estudios posteriores de S. Bol y su equipo (2017) y J. Espín-Iturbe y su equipo (2017).

Esta publicación ha sido traducida con inteligencia artificial para que esté disponible en tu idioma.