Los gatos prosperan con nutrientes de origen animal, no vegetal. El krill antártico ofrece una de las fuentes más puras y biodisponibles de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, colina y astaxantina. Estos compuestos esenciales apoyan la salud celular, la función cerebral, la inmunidad, la piel y el pelaje, y la vitalidad general. A diferencia del pescado, el krill no es un alérgeno común y procede del prístino Océano Austral, lejos de la contaminación y los metales pesados. Cosechado de manera sostenible y rico en proteínas, el krill es una solución natural que ayuda a los gatos a recibir los nutrientes marinos que sus cuerpos están diseñados para absorber.